domingo, 5 de mayo de 2013

El delincuente con alma de artista


O el artista con alma de delincuente, en este caso el orden de los factores sí cambia el producto, aunque resulte un producto final bastante similar en ambos casos, así es como se forjan muchos ¿talentos?, robando ideas.
Mi ciudad está llena de este tipo de delincuentes, gentes a los que dejarías al cuidado de tu hijo, de tus posesiones materiales más valiosas pero que a la que menos te lo esperas, zascas!!! Se han metido allá donde guardas tu talento y se han adueñado de tus ideas!! No es un delincuente agresivo, podrías quedarte encerrado en un ascensor y esa persona blandiendo un cuchillo, vale, la idea es terriblemente poco realista pero si no ponemos vértigo no conseguiremos saber cómo se siente el “robado”, y no pasaría nada, a priori no asusta. Centrémonos en a priori, porque tengo pleno convencimiento que si tú eres la víctima, al final acabas sintiendo ese malestar que te impide seguir avanzando con energía.
Mi ciudad ya había alardeado de poco imaginativa en muchos aspectos, somos con diferencia de las pocas en las que montas un negocio y en dos  meses tienes una réplica de ese negocio a dos calles, y cuando digo una réplica estoy siendo muy generosa, porque la realidad es que han llegado a florecer negocios similares como setas…. Esto dice mucho de nuestra falta de imaginación, y ante la carencia de dicha virtud ¿qué nos queda? COPIAR… en esos somos unos maestros!!! . Creo incluso que los chinos nos has pedido que les asesoremos!!.
Quién piense que no debería afectarnos el tema está muy equivocado, como comunidad, dependemos muchos los unos de los otros y ¿en qué nos convertimos si no somos capaces de innovar, crear y desarrollar nuevas ideas, nuevas formas?. Yo lo puedo decir, nos convertimos en una ciudad aburrida, sin recursos, y sobre todo sin motivación!!!  Necesitamos diversidad y cada vez tenemos menos, estamos estancados por ¿la crisis económica? Pero ¿es qué todo va a parar a lo mismo? ….parece la excusa del mal pagador, y en este caso, la del mal pensador.

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